Bicimensajes de esperanza

Veloz eco2  “La Veloz Ecomensajería” fue el nombre que  pusieron a la cooperativa de trabajo asociado que un grupo de jóvenes desempleados crearon en Zaragoza en 1993, en un momento socioeconómico muy similar al que ahora vive nuestro país. El paro golpeaba con dureza (la tasa de desempleo era del 20%, frente al 26% actual) a una población que se acababa de despertar del sueño olímpico (los Juegos se celebraron en Barcelona en 1992). Ahora, veinte años después, la coyuntura es incluso peor y, sin embargo, esta forma distinta de generar puestos de trabajo se ha mantenido rompiendo los esquemas de la empresa tradicional. Frente al “ánimo de lucro sobre todo lo demás”, en La Veloz Ecomensajería defienden que es factible levantar proyectos “económicamente viables, ecológicamente sostenibles y socialmente justos”. ¿Una quimera? Veamos cómo pasaron de las palabras a los hechos.
Empezaron en 1993 con una idea rompedora y muy atractiva: se podía crear un servicio de mensajería en bici en la ciudad del Ebro. Desde entonces han crecido, diversificando su área de referencia: también ofrecen servicios de mensajería nacional, así como se dedican a la reparación y venta de bicicletas y a asesorar sobre cicloturismo. Santi, uno de sus fundadores, explica cuáles son los pilares de su “estrategia empresarial”: “Las entidades de economía social y solidaria colocamos en el centro a la persona. Pero esto no es suficiente para sostener el empleo. Por eso hemos reforzado aspectos fundamentales como la formación, la diversificación de nuestra actividad o el reparto del tiempo de trabajo”. También han sabido guardar para cuando llegaran los tiempos difíciles. Desde su creación nunca se han repartido beneficios entre los y las cooperativistas. “Esto nos ha permitido crear unos fondos de reserva que nos han servido de ‘colchón’ para garantizar la estabilidad en el empleo”, señala Javier, del departamento financiero de esta cooperativa aragonesa.
Carlos Rey, miembro de la Secretaría Técnica de REAS (Red de Economía Alternativa y Solidaria) en una entrevista concedida al colaborador de alandar Javier Pagola, subraya la importancia que tienen hoy en día las iniciativas de economía solidaria. “Practicar la equidad es pensar en la dignidad de todas y cada una de las personas. Todas ellas son valiosas, pero son diferentes y no necesitan lo mismo: la escala salarial no debe distanciarlas. El trabajo es mucho más que un empleo remunerado y debe permitir a cada persona autonomía, desarrollo integral y hacer su aportación social. La búsqueda de sostenibilidad estudia y reconoce el impacto de nuestras acciones sobre el medio ambiente e intenta reducirlo. El principio de cooperación nos indica que siempre es mejor cooperar que competir: debemos ser competentes, pero no competitivos. El compromiso con el entorno nos invita a no vivir aislados, sino a colaborar en el desarrollo local, trabajar coordinados con otros movimientos sociales, denunciar, reivindicar y proponer alternativas”.
REAS, que empezó su labor en la década de los 90, cuenta en 2013 con 250 entidades y empresas de economía solidaria y otras 40 como socias colaboradoras. En la actualidad da trabajo a 5.902 personas y agrupa en diferentes actividades a otras 17.000. Forma parte de RIPESS, la Red Intercontinental de Economía Social y Solidaria que está presente en 65 países diferentes de los cinco continentes y que celebra encuentros con asiduidad; el próximo será en Filipinas.
El fenómeno de la economía solidaria no se limita a pequeñas experiencias, En América Latina es una forma de vida prometedora recogida como modelo en las Constituciones nacionales de Bolivia, Brasil y Ecuador. En la zona francófona canadiense de Québec la economía solidaria ha creado ya 125.000 empleos. Brasil cuenta con un ministerio dedicado a la economía solidaria y el presidente François Hollande ha revitalizado en Francia un Ministerio delegado de Economía Social y Solidaria. El país vecino cuenta con una red de 40 municipios que han acomodado su actividad a principios de economía solidaria y existe el MES (Movimiento de economía solidaria), que agrupa a personas que quieren vivir de acuerdo a este modelo alternativo.

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