Ante la situación política que estamos viviendo en España

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La situación política en España, después de las elecciones del 20 de diciembre, está provocando una diversidad de reacciones. Por una parte están los medios de comunicación que tiene materia asegurada para su quehacer; por otra las redes sociales que vibran en alta tensión y por donde pululan jocosos comentarios, charangas, convocaciones, reacciones… Y por otra está el pueblo sencillo confuso y perplejo ante este panorama.
En el espacio geográfico en el que estoy viviendo me encuentro con bastante gente mayor que no entiende qué está sucediendo -tampoco se les ayuda mucho a su comprensión-, lo cual está produciendo un cierto cansancio y, en algunos casos, salta la alarma del pasado y la pregunta angustiosa ¿qué va a pasar?…
Ciertamente el escenario que estamos viviendo y con una información sesgada y partidista, que más que informar, deforma la situación y el comportamiento de los políticos según el cristal con que se mira. Todo esto provoca en la gente sencilla y corriente una inseguridad, un querer que termine este estado de cosas como si fuera una pesadilla, en vez de ayudar ofreciendo información sobre lo que está en juego, los aspectos positivos -que los hay-, las oportunidades que se abren de cara al futuro… y todo ello con un talante sereno, sabio y alentador.
En el momento en que trato de comprender lo que está pasando en la escena política y su repercusión en la sociedad española, lo primero que me ha venido a la mente es aquella frase de Aristóteles: “la política es el arte de lo posible”. Desde esta perspectiva de lo posible, habría que hacer un esfuerzo, principalmente por parte de los líderes y de los partidos políticos para que fuera posible un gobierno para el estado español. Esta visión implica solamente a los militantes y simpatizantes de los diferentes partidos, pero me surge una pregunta ¿qué papel tenemos los que no somos ni militantes, ni simpatizantes, solamente mirar el espectáculo, tomar partido o desear que se acabe esta pesadilla? Personalmente me resisto a permanecer como simple espectador y rezar para que sea lo mejor.
Yo quiero situarme en la perspectiva del Papa Francisco: “la política es una de las formas más altas de caridad, porque busca el bien común”. Esto ya me invita a tomar otra posición pues en alguna forma de caridad yo tengo que estar implicado como humano y, porque lo quiero, como cristiano. Voy a manifestar brevemente cómo lo estoy viviendo yo.
Me alegro de ver que nuestra democracia va adquiriendo un mayor pluralismo parlamentario, lo que sin duda refleja mejor la realidad de la sociedad española. Subrayo el interés y la preocupación que esta situación está provocando en los medios y en la ciudadanía, esto despierta en mi esperanza, no exenta de dificultad de comprensión y de una cierta incertidumbre.
Me entristece y me solivianta cuando veo los líderes políticos que reflejan intereses personales o partidistas, cuando buscan el poder al servicio de intereses particulares. Me irrita hasta el extremo la intolerancia, las descalificaciones tan duras de unos líderes a otros, las acusaciones tajantes, lo sordos que son al clamor silencioso del pueblo.
Para mí está siendo un ejercicio en negativo de diálogo y de comunicación. Necesito -creo que también lo necesitamos todos, políticos y no políticos- ser capaz de entender que la diversidad es una riqueza y no un obstáculo para la comunicación. Porque el que piensa distinto tiene sus razones y, muy probablemente, su posesión de verdad. Esto está provocando en mí la necesidad de vivir una escucha más activa, sincera y acogedora.
Lo que yo les pediría a los políticos, y me pido a mí mismo, que no perdieran nunca la intención de servir a las sociedades, a los pueblos, a las personas y entre ellos cuidar de los más vulnerables.
Yo me siento llamado a contribuir, desde mi parcela de responsabilidad, y a cultivar la caridad como servicio al bien común, puesto que no es dominio exclusivo de los políticos, en mi familiar, en el grupo que vivo y comparto, en los grupos y personas con las que me encuentro.
Yo quiero colaborar creando, en el espacio en que vivo, un clima de diálogo y escucha en el que se favorezca el consenso, el acuerdo, la colaboración, negándome a entrar en la violencia, la revancha y la descalificación cuando las cosas no son como yo quisiera.
También puedo ayudar siendo prudente y sabio teniendo claro que hay otras prioridades que no son el poder, la riqueza, ni siquiera la salud ni la belleza, sino aquello que es más justo, más humano y mejor para las personas.

Nacho González

5 comentarios en “Ante la situación política que estamos viviendo en España

  1. Gracias Nacho, por tu clara e inteligente visión de la realidad, politico-social, que estamos viviendo en este momento. Pienso que ayudas, a que podamos mirar y actuar en la medida de nuestras posibilidades, y a no perder la esperanza,y que hemos de empujar todos. Gracias también por el comentario de Cristóbal, que ayuda a que recordemos, que nuestro pueblo, a pasado por otras dificultades, y siempre ha salido, confío, en que los dirigentes, se dejen iluminar por la verdad y la honestidad.

  2. Ante estas reflexiones, en principio me resuenan algunas cosas de las dichas: “el pueblo sencillo confuso y perple-jo…”; “…salta la alarma del pasado y la pregunta angustiosa ¿Qué va a pasar”?… También a mi alrededor se suscitan estas dos cuestiones, y veo que son fuente de profunda preocupación. Sin embargo y quizás por mi confianza optimista en este pueblo nuestro, que ha sido capaz de superar muchas y grandes dificultades a lo largo de su his-toria y especialmente en su historia reciente (miremos con perspectiva histórica los momentos difíciles de la transi-ción), entonces probablemente hubo momentos tan y más difíciles que los actuales. Hoy sin embargo los valora-mos como unos momentos en los que se hicieron grandes cosas y salimos adelante con la admiración de otros mu-chos países. Pienso que este momento también lo superaremos. Ahora bien, es posible que estos años de tran-quilidad social, económica hasta la llegada de la crisis, han ido ablandando y adormeciendo nuestro empuje social. Se han acomodado los políticos, que poco a poco se han olvidado de su papel al servicio del bien común para en-quistarse en el servicio al partido y la consecución de votos como principal objetivo. Se han adormecido, las institu-ciones que no han sido capaces de adaptarse a los nuevos tiempos, y nos hemos adormecido todos, desde los pa-dres ante nuestros hijos, como los más jóvenes ante una situación de comodidad que nos hace olvidar que la vida nos exige continuamente ponernos en actitud de búsqueda y actualización.
    Esta situación, como toda situación de crisis, puede ser un acicate para que todos nos pongamos a la tarea de dar respuestas a los tiempos que nos toca vivir. Cada uno tendremos que ver lo que nos corresponde modificar y tra-bajar para contribuir a regenerar aquellos aspectos de nuestra vida social y política. Empezaré por lo que me toca a mí, en primer lugar creo que necesito tratar de llenarme de una dosis de esperanza y confianza en mis conciuda-danos, también aportar mi compromiso serio de participación e integridad en los grupos en que me desenvuelvo, familia, comunidad de vecinos, etc, exigiéndome a mí y a los responsables sociales y políticos una gestión limpia. Por su parte los responsables políticos deberían mirar más al bien común y menos a sus intereses particulares y de sus partidos. Las instituciones, probablemente necesiten un reciclaje, una regeneración hacia la honestidad y unos retoques para dar respuestas adecuadas al reto de los nuevos tiempos.
    Cristóbal

    1. Cristóbal, «El español cuando comenta,… comenta de verdad!…»
      Me parece muy bien, me agrada tu visión de la parte buena de la situación.
      Si no fuéramos capaces de encontrar la luz,… malamente andaríamos.

  3. A mi entender, es arduo dificil escribir y opinar con empatía sobre partidos políticos, eleciones y política.

    La verdad es que estoy totalmente desengañado de estos temas. Pues yo entiendo a los políticos como aquellas personas a las que por voción, altruismo, etc. se dedican al servicio de los demás y al bien común de la sociedad, conceptos estos muy distantes de la realidad.

    Por lo que veo estas personas, en mi oponión, estan haciendo continuamente una carrera de obstaculos para llegar al poder, es su único fin. Para ello se valen de descalificar al contrario, diga lo que diga y haga lo que haga, aliarse con el diablo si fuera preciso para llegar, lo que predican en campaña a la hora de ponerlo en practica, la mayoría de veces, no se parece en nada, todos intentan por todos medios hacernos creer que estan en posesión de la verdad, que es el otro el que miente o esta equivacado.

    Nacho, tu dices muchas veces, «UNIDAD EN LA DIVERSIDAD», si realmente estas personas buscan en bien común, ¿porque no actuan de otra forma?, por supuesto respetando sus puntos de vista y formas de actuar. Por su puesto la pluralidad actual debería de ser muy bueno.

    En ningún momento he querido molestar la sensibilidad de nadie. tampoco se si he sabido expresar bien en realidad lo pìenso.

  4. Gracias Nacho :
    Toda una reflexion desde la sabiduria y la prudencia para saber vivir el momento que nos ha tocado en experiencias ¡
    Tomo nota ¡ para aportar en positivo¡

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