El Adviento como oportunidad

La pandemia nos ha llevado a una situación extrema que nos demos de bruces con nuestra condición frágil y limitada. Ha puesto de manifiesto la inconsistencia de tantos proyectos y cálculos para construir un futuro mejor para todos los humanos y la madre tierra. La pandemia ha llegado sin depender de nosotros, sin haberla provocado, y se nos ha impuesto como algo a lo que no tiene sentido alguno resistirse.

Pretender negar lo que está ocurriendo –y los hay- es absolutamente inútil, pues cuando la realidad y nuestro pensamiento no coinciden, solo nuestro pensamiento puede equivocarse. La realidad no tiene la facultad de desvariar. La realidad es lo que es. Por eso la pandemia, también nos ha podido abrir a lo desconocido, la sorpresa, el “misterio”, la otra dimensión olvidada de la vida humana.

El Adviento nos convoca al misterio del Dios-con-nosotros. Es un Acontecimiento tampoco provocado, ni merecido, ni conseguido por nosotros. Pero cuenta con nosotros, pues Él es el que viene a nuestro encuentro, solo espera escucha, acogida y aceptar su invitación a caminar hacia Otro Mundo Posible, que Jesús ha vivido y compartido y otros muchos otros testigos en la historia.

El Adviento nos ofrece la oportunidad de pasar de la espera a la esperanza. La esperanza futura es la felicidad presente. La esperanza se mueve entre el “YA” y el “TODAVÍA NO”. “YA” por parte de Dios, que nos ofrece el camino para una Vida Plena. “TODAVÍA NO” porque seguimos esperando una salvación-liberación que nos viene de fuera y a nuestra medida. El Adviento es la oportunidad para que tratemos de adelantar el “YA” estando despiertos, vigilantes y operantes.

Y termino con el siguiente poema plegaria de Benjamín Buelta, que expresa muy bien esa oportunidad.

Esperaré

Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera
con mis hojas secas.

Esperaré a que brote el manantial
y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce
de memorias enlodadas.

Esperaré a que apunte
la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche
de postraciones y sudarios.

Esperaré a que llegue
lo que no sé y me sorprenda
Pero vaciaré mi casa
de todo lo enquistado.

Y al abonar el árbol,
despejar el cauce,
sacudir la noche
y vaciar la casa,
la tierra y el lamento
se abrirán a la esperanza.

4 comentarios en “El Adviento como oportunidad

  1. Sin esperanza no podemos vivir, ella nos sostiene en todos los avatares de la vida.- la fuerza para vivir en esperanza la recibimos de Jesús eucaristía, que se hace presente en nuestra pequeñez y nos abre senderos de vida nueva.- Hoy vivimos bajo el temor de una pandemia desconocida que tritura y machaca con fuerza nuestra humanidad, Dios permite el azote de este fenómeno, nosotros debemos profundizar en esperanza, nuestras vidas están en las manos del Señor.- Todo pasará, y volverán otros tiempos, que serán mejores o peores, algo que escapa a nuestro entender.- Esperemos confiadamente, Dios es Padre, nos ama, nos ha creado para la Vida en su reino.- El adviento es tiempo de preparación y espera, esperemos con confianza; Jesús, el Señor, viene cada día a nuestro corazón si le abrimos la puerta y le acogemos con fe y esperanza.-

  2. Gracias Nacho por tu reflexión, que me ayuda a profundizar en la mía.
    LA oración Esperaré de Benjamín Buelta, la disfruté hace unos días en la oración de rezandovoy, también da para mucho, me ha gustado terminaras con ella. Mantengamos viva la esperanza, pues Jesús siempre viene, Él está siempre entre nosotros, pero debemos estar despiertos con la mirada siempre atenta, pues se presenta en cualquier momento y a través de cualquier persona o circunstancia. Deseo la gracia de esperarle siempre, cada día de mi vida.

    1. Dios le pague Padre Nacho por el mensaje de adviento. La pandemia cambio nuestros planes y proyectos lo que en algunas cosas por no decir en todas nos esta favoreciendo. Me siento llamada a construir un mundo mejor y en ello veo como dios se hace presente y se nos manifiesta ante algo que no depende de nosotros como fue la pandemia. Una vez más nos llama a crecer en nuestra fe y sentirnos abiertos a lo misterioso que solo el Señor conoce. Muy bello poema voy a aprovecharlo profundizando su contenido. El Señor lo bendiga

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