Nuestro Origen

Podemos resumir nuestra historia en 5 importantes periodos:

El primer período (1938-1956) se caracterizó por una llamada a personas y pueblos a convertirse a Cristo. Fue una invitación, después de la amarga experiencia de una guerra mundial, a la reconciliación para una convivencia más humana y más justa. Fue el tiempo de la predicación a las multitudes y de la “cruzada de la bondad” promovida por el P. Lombardi S.J. y algunos colaboradores.

Millones de personas, en Italia y en el mundo, en las plazas de las ciudades, en los teatros e iglesias, o a través de la radio, escucharon su llamada a una conversión colectiva ; todos fueron interpelados ante la urgencia del compromiso por construir la convivencia humana sobre las relaciones de fraternidad que Jesús anunció e hizo posible. Una particular importancia tuvo la experiencia de visitas a América Latina y en particular a Colombia en diversas ocasiones, destacándose el trabajo con los dirigentes de la sociedad a nivel económico, social y político y sus predicaciones con públicos muy amplios.

Sin embargo estaba claro que, para cambiar el mundo, la propia Iglesia, en cuanto cuerpo de Cristo, tenía necesidad de una renovación profunda y colectiva. Las Ejercitaciones para un Mundo Mejor se crearon con este fin presentando una serie de propuestas dirigidas a la renovación global y comunitaria de la Iglesia para el mundo. Fue el tiempo del CENTRO INTERNACIONAL PÍO XII POR UN MUNDO MEJOR, de Rocca di Papa y de la actividad orientada a la renovación de los jefes de la Iglesia. Todo esto se realizó en el segundo período de nuestra historia (1958-1965) y es en el curso de este período cuando nace el Grupo Promotor como tal, gracias al Papa Pío XII y a la benevolencia de los Papas que le sucedieron.

 Mientras tanto se realizó el Concilio Vaticano II; y para ser fiel a sus indicaciones, el Grupo Promotor renueva su mensaje, métodos y estrategia apostólica. Durante este período define su identidad como Grupo propiamente dicho y no sólo como personas reunidas alrededor del P. Lombardi. Así comenzó el tercer período de nuestra historia (1965-1975). Fue un tiempo de estudio intenso sobre algunos temas candentes: cambio, diálogo, secularización, liberación, Reino de Dios y mundo; fue también el momento de definir una nueva estrategia: servir a la renovación de la Iglesia a partir «de la base» y a través de la promoción de proyectos o procesos de renovación colectiva y comunitaria.

Nace así el proyecto de renovación parroquial, conocido con el nombre de «Nueva Imagen de Parroquia» y nacen también nuevos cursos de espiritualidad comunitaria desarrollando y profundizando en cada uno de ellos los diferentes contenidos de las Ejercitaciones (Cursos de Diálogo, Discernimiento, La Oración espacio de Dios, etc.).

 Junto con el cambio de estrategia se decide también dejar el Centro Pio XII de Rocca di Papa, para ir allí donde el pueblo vive y la Iglesia se realiza. Así, después de un inicio público y de relieve en un centro de actividades muy conocido, el Grupo Promotor pasó a una acción muy discreta, menos vistosa. De hecho, además de proponer continuamente la necesidad de la renovación colectiva y comunitaria, el Grupo se dedicó a favorecerla con procedimientos específicos, en los que esta renovación podía ser verificada.

 El año 1975, fue el inicio del cuarto período de nuestra historia (1975 -1989) durante el cual el Grupo clarificó sus Opciones Apostólicas y su Configuración y Fisonomía. Realizó también un estudio sobre la Justicia y elaboró proyectos específicos para los jóvenes, la familia y los ministerios dentro del proyecto para la renovación de la parroquia, y propuso un pre-proyecto para la renovación de los Institutos Religiosos. Tuvieron también su inicio el estudio y las primeras experiencias del proyecto pastoral al servicio de la renovación de la Diócesis.

 El Grupo Promotor del Movimiento por un Mundo Mejor fue reconocido por el Consejo Pontificio para los Laicos como «ASOCIACIÓN PRIVADA DE FIELES» con un primer Estatuto aprobado el 14 de Diciembre de 1988 y confirmado, después de un tiempo de experimentación, el 3 de Marzo de 1992.

Hacia el año 1990, comienza un quinto período de nuestra historia, como resultado de la combinación de los siguientes factores:

  • La decisión de reestructurar el Grupo en todo el mundo en «equipos locales, regionales y nacionales» para promover e iniciar los procesos de renovación: sensibilización, profundización y compromiso.
  • La decisión estratégica de orientar todos nuestros esfuerzos de renovación global y comunitaria hacia la renovación de la iglesia local o diócesis.
  • La decisión de evitar el uso del término “movimiento por un mundo mejor” como medio de identificación para nosotros que somos promotores de ese Movimiento; lo que nos ha conducido a escoger un nombre que pone en evidencia quiénes somos y qué hacemos. El término que nos pareció más exacto es “SERVICIO DE ANIMACIÓN COMUNITARIA”, al que añadimos «del Movimiento por un Mundo Mejor» porque expresa la finalidad última de nuestro servicio: promover que muchas personas y grupos participen en este dinamismo de construir un mundo mejor, proceso que va más allá de los círculos de la Iglesia católica y de las iglesias cristianas y abarca “todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
  • El interés de propiciar la proyección de los laicos con su identidad cristiana en los diversos campos de acción en la sociedad, por medio de los llamados “Proyectos de Sociedad”: educadores, políticos, medios de comunicación y trabajadores de la salud.