Ejercicio de Contemplación

Si nos centramos en la oración contemplativa es porque nos aporta algo singular en el camino que venimos recorriendo nosotros. Cuando pensemos compartir nuestra experiencia con otras personas el inicio, las pautas y los ritmos nos los indicaran las personas con las que queremos compartir.

La contemplación y su ejercicio es una propuesta que ofrece la posibilidad de hacernos cargo del presente, para que aquí y ahora tratemos de sintonizar con el Dios manifestado en Jesús. El presente es algo que frecuentemente se nos escapa, pues o bien vivo afincado en el pasado, que ya no existe, o bien vivo proyectado en el futuro, que aún no es.

Cuando nos despertábamos a la vida aprendimos a musitar nuestras oraciones con las palabras y gestos de otras personas, más jóvenes intentamos, si es que lo hicimos, manifestar libremente a Dios nuestros problemas y le confiamos nuestros pensamientos. Algunas personas privilegiadas aprendimos a hacer consideraciones en torno a la Biblia, exámenes de conciencia o revisiones de vida.

Ahora, ya adultos, sentimos cierta incomodidad ante las formas de oración aprendidas, que no dejan de ser una forma más, ahora sentimos la necesidad de una sintonía mayor con nuestra vida real y concreta. Hoy tenemos que ejercitarnos en una forma de oración que ayude a saber estar y vivir en el presente y ahí encontrarnos con Dios.

Somos muchos los “creyentes” que queremos cambiar para complacer a Dios. Deseamos que los proyectos de Dios se hagan realidad. Revisamos nuestro pasado para eliminar obstáculos en nuestro camino hacia Dios. Trabajamos en la transformación del mundo para que venga a nosotros el Reino de Dios. Participamos en encuentros para saber más de Dios. Leemos libros religiosos para llegar a tener convicciones mas auténticas. Buscamos sentimientos religiosos en la meditación para que nos motiven a recorrer el camino hacia Dios… Todo esto es muy loable y hasta deseable, sin embargo tiene un “pero” y es que nuestra atención se centra en nosotros y en nuestro mundo para que algo en nosotros se modifique en dirección a Dios. Pero de esta manera, pocas veces Dios ocupa directamente el primer lugar en nuestras vidas. No podemos olvidar que queremos aquello a lo que prestamos mayor atención y en la contemplación tratamos de poner el centro atención en Jesucristo y de ahí dinamizar toda nuestra vida.

Cuando decimos que queremos seguir a Jesús no se trata de seguir a un líder que desde fuera nos marca el camino, sino descubrir la experiencia más profunda en la que Él se sentía habitado por Dios y tratar de vivirla y compartirla nosotros. La morada de Dios no es el templo, sino la persona, somos morada de Dios (Jn 14, 23), el hecho de que Dios habita en nosotros es la base de toda persona creyente, aunque la verdad es que se trata con poca frecuencia, porque lo hemos relegado al mundo de los místicos.

La contemplación, pues, no es sólo una forma de oración, también es una actitud de vida. Quien se introduce en la contemplación es contemplativo, en la oración como en sus otras ocupaciones. Los períodos de oración en quietud son necesarios para llegar a la contemplación. Sin éstos no será posible, a menos que la persona sea destinataria de una gracia especial. Pero una vez iniciada, la contemplación se va difundiendo poco a poco, penetrando y modificando toda la vida.

I T I N E R A  R I O

Primer paso: Percepción – atención – contemplación

  • Anotaciones: La percepción, el pensar y el hacer. La percepción silenciosa. Características de la percepción. La atención consciente: características y frutos. El encuentro con Dios y la experiencia de uno mismo. La primera maestra es la naturaleza.
  • Ejercicio personal: Aprendemos de la naturaleza.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal vivida al hacer el ejercicio.
  • Testimonios: Lectura de experiencias de personas que han hecho los ejercicios de contemplación y han sido acompañadas.
  • Ejercicio personal: Aprendemos de la naturaleza.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal.

Segundo paso: Yo – las otras personas – Dios

  • Anotaciones: El ser respirando. Yo – personas – Dios. La mejor escuela. ¿En qué nos puede ayudar la oración contemplativa?
  • Ejercicio personal: Atención a nuestro cuerpo.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal vivida en el ejercicio.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Ejercicio personal: Atención a nuestro cuerpo.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal.

Tercer paso: referencia al “yo” > referencia a “Dios”

  • Anotaciones: El espacio corporal. ¿Cómo experimentamos nuestra referencia al “yo?. El cambio a que somos invitados.  El “devoto religioso”. ¿Por qué la referencia al “yo” en la meditación?
  • Ejercicio personal: Atención a una parte fundamental del cuerpo.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal vivida en el ejercicio.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales guiadas.
  • Ejercicio personal: Atención a una parte fundamental del cuerpo.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal.

Cuarto paso: vaciarse > contemplar

  • Anotaciones: La modulación emocional. Dificultad de hablar hoy del vaciarse. El “vaciarse” en la vida del ser humano. Ocasiones de vaciarse voluntariamente. La contemplación y el vaciarse.
  • Ejercicio personal: Atención a una parte fundamental del cuerpo lugar privilegiado de encuentro de toda nuestra energía.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal del ejercicio.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Ejercicio personal: Atención a una parte fundamental del cuerpo.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal.

Quinto tiempo: El nombre de Jesucristo:

  • Anotaciones: El corazón compasivo. Dios en la sociedad actual. Dios, Presencia ausente. El centro del cristianismo no es Dios, sino Jesús Resucitado. El Espíritu garante de esa presencia dinámica de Dios. El nombre de Jesucristo.
  • Ejercicio personal: Atención a la parte fundamental de cuerpo como lugar privilegiado de encuentro con mi presente y con la presencia del Señor.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal del ejercicio.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Ejercicio personal: Atención a la parte fundamental del cuerpo como lugar de encuentro con mi presente y con la presencia del Señor.
  • Testimonios: Lectura de experiencias personales acompañadas.
  • Comunicación en grupo de la experiencia personal.

…De cara al futuro…

  • ¿Qué voy hacer?
  • Sugerencias para la contemplación en la vida cotidiana
  • Qué hemos descubierto y tenemos que seguir potenciando.