Jesús… un camino

Con este Itinerario se quiere ayudar, a quienes lo deseen, a plantearse de una manera esencial el seguimiento de Jesús y de su Proyecto de Humanización plena que Él llamaba Reino. No se pretende hacer un recorrido biográfico, ni acercarnos a Jesús desde nuestras preocupaciones actuales, como puede ser la cuestión política, el dinero, las desigualdades, la familia, la sexualidad, la ecología… todas estas cuestiones puede contemplarse en diversos momentos posteriores… Se trata más bien de un compartir e intercambiar desde nuestro proyecto de vida con el proyecto de Jesús tal como aparece en los evangelios.

Este Itinerario pretende que la persona se convierta a Cristo. Nadie puede hacer mi camino. Es un proceso de singularización del creyente y, a la vez, es un proceso fraternal, pues cuando más yo soy yo más me abro a los otros. Es la fraternidad universal de la que habla el P. Lombardi. Es una profundización de lo singular que se convierte en apertura a todos.

Hay una maduración que se produce en el seguimiento de Jesús, donde cada persona se identifica con Él, y, al mismo tiempo se profundiza en el propio camino y se intercambia con otras personas y Jesús en medio de nosotros. Es un proceso de profundización del ser cristiano, pero a la vez se crea comunión.

Es el misterio de Iglesia que se vive en la libertad de ser yo mismo, en soledad, pero a la vez, de comunión más profunda. Es Jesús el que posibilidad esa comunión que es la Iglesia.

I T I N E R A R I O

Primer paso: Desde dónde nos acercamos a Jesús

Nos acercamos desde nuestra propia condición humana. Tenemos una sola vida, lo que constituye nuestro límite, nuestra condición mortal y, al mismo tiempo, sentimos que la vida es una llamada a ser vivida. Y esto es algo que está en todos los humanos, lo que constituye una fraternidad inicial, que el Evangelio llama Reino…

  1. Fragilidad y límite que da coraje de vivir
  2. Una experiencia inaugural

Segundo paso: Siguiendo a Jesús

Jesús es quien nos revela primordialmente el Reino con su presencia: Presencia a los otros, con especial atención a los necesitados; una presencia gratuita y desinteresada; presencia que se alimenta de la oración; que es hospitalaria…

  1. En camino hacia el Padre
  2. Presencia a los otros, con especial atención a su necesidad
  3. Presencia gratuita, desinteresada
  4. Presencia que se alimenta de oración
  5. Presencia que deja sitio – «Nada sin ti»

Tercer paso: Vivir las paradojas

Los discípulos viven una contradicción entre lo que esperan razonablemente de la vida y la promesa que les revela Jesús al corazón de cada hombre y mujer y al conjunto de la humanidad y que él llama Reino, sin dar ninguna definición y que expresa en parábolas. Pero esta propuesta no se puede aceptar sin crisis.

  1. El Reino y las parábolas
  2. Vigilantes para discernir
  3. Exigencias del Reino 
  4. Crisis de los discípulos 
  5. La dicha de pertenecer al Reino: Bienaventuranzas

Cuarto paso: Morir con Jesús para Vivir por Cristo

El seguimiento de Jesús encuentra su momento central y decisivo en la experiencia de la injusticia, la desolación, el exterminio, la ausencia de Dios…, que vemos en el mundo y constatamos en nuestra propia carne y en el mismo Jesús y que vemos su respuesta existencial en el don de sí (oblación) como la única vía que salva de la desolación y de la ausencia de justicia. En ese sentido podemos decir que Jesús es el Viviente que traspasa la sombra de la muerte, de ahí que el encuentro con el Viviente pide la conversión hasta el fin.

  1. Pasión – Desolación
  2. Muerte – Oblación
  3. Resurrección – El Viviente
  4. Los discípulos ante el Viviente
  5. La experiencia de la resurrección y la comunidad

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