Promover procesos de espiritualidad comunitaria…

 

Actualizar modos de ver y de pensar, modos de ser y de sentir, modos de obrar y de organizarse. Elaborar lógicas, itinerarios, estrategias para influir más y mejor sobre la suerte de la colectividad.

Poner en cuestión la situación presente para estar al servicio de las personas y de los pueblos. Capacitarse para la vida a través de encuentros, relaciones, sintonía, compasión. Esta es la acción -el sentido, el compromiso, el desafío- en todo lo que hacemos.
Las expresiones y los modos son muy variados: el más simple, el diálogo informal: una especie de «palabra que corre». Luego, encuentros breves: conversaciones sobre un tema, diálogos entre amigos, sin relatores ni profesores. Todavía más,jornadas de profundización: una secuencia de puntos de vista, de opiniones que se confrontan entre los participantes para abrir horizontes y suscitar formas de compromiso. Finalmente, cursos y seminarios de una o más semanas: capacitaciones más sistemáticas, para interpretar el mundo, para plantear nuevas síntesis de vida interior, para establecer nuevas estrategias de acción y de irradiación.
Otras formas de acción: artículos, entrevistas, libros; visita a interlocutores: organismos y asociaciones que tienen una misión similar y complementaria; búsqueda de fondos y de apoyos.